Las células eucariotas, sin
embargo, son bastante más complejas que las procariotas, y en su interior
existen diferentes estructuras formadas por membrana plasmática, a las que
denominamos orgánulos, y que se encargan de diferentes funciones dentro del
funcionamiento general de la célula. Para entender mejor estas funciones,
podemos comparar la célula con una fábrica de productos químicos, lo que nos
permitirá entender el trabajo que realiza cada orgánulo relacionándolo con las
distintas partes de una fábrica de ese tipo.
·
El núcleo de la célula se encarga de
dirigir y organizar toda la actividad de la célula, como la sala de
control de la fábrica.
·
La mitocondria es la central
energética de la célula. Para obtener energia "quema" los nutrientes
que llegan hasta ella, del mismo modo que lo hace, por ejemplo, un motor o una
central térmica. Las células de las plantas tienen, además, cloroplastos,
orgánulos que les permiten aprovechar la energía de la luz como si fueran
placas solares fotovoltaicas.
·
El retículo endoplásmico liso es un
sistema de tubos y bolsas cerradas, que actúa como unalmacén y, a la vez,
como un sistema de transporte de sustancias de una parte a otra de la célula
sin que se mezclen con los componentes del citoplasma. Las células vegetales
tienen, además, una gran vacuola que también sirve para almacenar
sustancias.
·
Los ribosomas se encargan de fabricar
las proteínas celulares que, por su parte, son las herramientas que la célula
utiliza para realizar sus funciones. Así pues, los ribosomas son auténticas máquinas celulares.
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El retículo endoplásmico rugoso es
bastante parecido al liso: es un conjunto de bolsas, mñas bien aplanadas y
conectadas entre sí, pero que tienen pegados ribosomas. Las proteínas que estos
ribosomas producen van a ser secretadas por la célula, es decir, son enviadas
al exterior.
·
El aparato de Golgi también es un
conjunto de bosas aplanadas, con un aspecto bastante típico porque en un corte
parecen una serie de paréntesis cercanos entre sí. Su función es modificar las
proteínas que secreta la célula, como si fuera la planta de envasado de
los productos de la fábrica.
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La membrana celular actúa como la puerta de
la fábrica, ya que su función es controlar las sustancias que entran y salen de
ella.
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El citoesqueleto es un sistema de
hilos y varillas, formado por proteínas, que mantiene la forma de las células
animales y que permite el transporte de fragmentos de membrana y otros
elementos a lo largo de la célula.
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En las células animales los centríolos actúan
como un motor que sirve para controlar el citoesqueleto y que participa en los
procesos de reproducción de la célula.
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En las células vegetales, la pared celular actúa
como un muro de refuerzo que proporciona resistencia a la célula
desde el exterior.
Como observas en la lista anterior, muchos de los orgánulos de las células
eucariotas se encuentran tanto en las células animales como en las vegetales:
núcleo, ribosomas, membrana, mitocondrias, retículo endoplásmico liso y rugoso,
aparato de Golgi y citoesqueleto. Sin embargo, hay algunos
orgánulos que solo aparecen en las células vegetales: los cloroplastos y la
pared celular, a los que podemos sumar la vacuola central, que es mucho más
grande en los vegetales que cualquier otra bolsa de membrana que aparecen en
las células animales. Por último, las células animales poseen centríolos, que
no aparecen en las vegetales.
Las funciones de los seres vivos
Una última característica que
tienen en común todos los seres vivos es su capacidad para realizar algunos
procesos que les sirven para mantenerse vivos o para dar lugar a otros seres
vivos parecidos a ellos mismos. Esos procesos son lo que conocemos como funciones
vitales.
Las funciones de nutrición consisten
en que los seres vivos somos capaces de conseguir del exterior la materia y la
energía que necesitamos. Con ellas podemos mantener nuestras estructuras,
reparándolas a medida que se van estropeando o crear otras nuevas
(crecimiento). Al utilizar esa materia producimos residuos que debemos
eliminar, lo que también forma parte de nuestros procesos de nutrición.
Las funciones de relación nos
permiten recibir información que nos resulta necesaria, tanto procedente del
exterior, del medio que nos rodea, como de nuestro propio interior. Una vez que
hemos recibido esa información la utilizamos para reaccionar ante ella de una
forma adecuada. Por ejemplo, si la información recibida es que tenemos
sensación de calor, una respuesta conveniente es el sudor.
Las funciones de
reproducción, finalmente, permiten dar lugar a nuevos seres vivos, parecidos a
los originales. De esa forma, aunque un organismo concreto acabe muriendo, la
propia vida continúa.
Estas tres características, la
composición común, la estructura celular y la capacidad de realizar las
funciones vitales, son propias de todos los seres vivos y los diferencian de la
materia orgánica. De ese modo, podríamos decir, como conclusión, que los
seres vivos son entidades que se caracterizan por tener una composición común
(sustancias inorgánicas y sustancias orgánicas), la misma estructura (están
formados por células) y ser capaces de realizar ciertos procesos que les
permiten mantenerse a lo largo del tiempo y dar lugar a otros seres vivos, las
funciones vitales: nutrición, relación y reproducción.